● Aroma: Al acercar la copa a la nariz, se despliega una explosión de aromas frutales intensos. Puedes percibir una combinación de frutas maduras, como moras y ciruelas, que se entrelazan con sutiles notas especiadas, como la vainilla y la pimienta negra. Estos aromas se fusionan para crear una fragancia seductora y tentadora.

● Sabor: En el paladar ofrece una experiencia gustativa plena y satisfactoria. Los sabores frutales dominantes se hacen presentes nuevamente, con moras y ciruelas maduras que llenan el paladar con su dulzura y jugosidad. A medida que el vino se desenvuelve, se revelan notas especiadas y toques sutiles de madera provenientes de su crianza en barricas de roble francés y americano. Estos elementos aportan complejidad y profundidad al vino, dejando una impresión duradera.

● Estructura: Muestra una estructura equilibrada y cuerpo medio. Tiene una acidez refrescante que realza los sabores frutales y contribuye a su frescura general. Los taninos están presentes, pero son suaves y redondos, brindando una sensación aterciopelada en boca.

● Final o Retrogusto: El final es largo y persistente, con un eco elegante de fruta madura y especias que permanece en el paladar. Esta prolongación del sabor invita a seguir disfrutando del vino y lo convierte en una opción ideal para una degustación pausada y consciente.